Judith Said


Acotaciones para la desgrabación
J: Judith
E: Entrevistador
…(¿): No se escucha o no se entiende
(¿): No estoy seguro.
12/04/13

Entrevistador (Empieza hablando sin presentación): ... tu responsabilidad acá al frente del archivo y la idea sería que vos empieces un poco con el relato de cómo comienza todo el proceso de recuperación de la ex ESMA, empezar a contarlo. Esto es un insumo para nosotros de referencia, que después lo vamos a tomar para ir cotejando con la línea histórica que estamos construyendo ahora, no es necesariamente un desarrollo...

Judith: Vos lo armás, si lo hago medio confuso, vos lo armás...

E: No te preocupes.

(Aquí el Entrevistador pregunta si “ya está grabando”. Luego hay una charla entre todos sobre las lluvias y el descalabro en La Plata y los problemas que tuve Chicha Mariani)

J: Mi nombre es Judith Said(¿) y fui convocada en el 2003 a trabajar en distintos lugares de la gestión, pero paralelamente también en la Secretaría que asumió Eduardo Luis Duhalde; era una Secretaría muy pequeña y se le dio importancia a distintas áreas por una decisión del Ejecutivo y claramente por propia decisión del Dr. Duhalde. Entonces empecé a trabajar en el 2003 en otro espacio de la gestión y también en la Secretaría; cuando en una reunión que tiene el presidente Néstor Kirchner con los organismos y ante la demanda de lo que sería el desalojo de la Armada en el predio de la ESMA, me convocan a que trabaje fuertemente, desde la Secretaría, con los organismos de derechos humanos para lo que es la creación del Espacio para la Memoria. A partir de ese momento, hay varias reuniones, ustedes ya tendrán el testimonio propio de los organismos, pero fundamentalmente lo que trabajamos con el Gobierno de la Ciudad dado que este predio pertenece al mismo, con la entonces Secretaria de Derechos Humanos, Gabriela Alegre, es en el seguimiento de lo que era la desafectación de las escuelas de la Armada que funcionaban acá y el destino del Espacio para la Memoria con sus objetivos y la dinámica que iba a tener a partir de que se produjera ese desalojo.
Me parece que una cosa a tener en cuenta porque tenemos que aprender de la gestión y de la importancia que tienen las decisiones políticas, pero que también que cuando uno tiene una decisión política en una estructura de gobierno de la cual no tenemos el manejo de todo porque seguían las estructuras que venían de diferentes gobiernos constitucionales, obviamente cuando el presidente lo anuncia ese 24 de marzo dice: para fin de año va a estar desalojado el predio, obviamente eso no pudo haber sido y ya nos dimos cuenta a la semana que era imposible llegar porque acá funcionaban muchas escuelas –la fluvial, etc.– y la decisión no era que esas escuelas se cerraran, por lo tanto había que llevarlas a un lugar en la que pudieran seguir funcionando que de hecho fueron en las que funcionaban antes de que el presidente Menem las trajera acá para darle continuidad este predio como de la Armada y porque además había una disposición acerca de que la Ciudad cedía este predio, siempre y cuando fueran escuelas.
El tema de acondicionar los lugares nos llevó bastante tiempo porque eran obras que había que realizar, que llevaban un pedido de licitaciones, éstas siempre tienen alguna imputación y se comenzó un camino bastante interesante porque esto nos llevó a comprender como funcionan distintas áreas de gobierno y cuáles eran las burocracias que permanecían a las que teníamos que lograr que fueran eficientes o sea, son necesarias pero tienen que ser eficientes, pero sí claramente había una decisión que por lo pronto, a finales de 2004, el presidente, dado su palabra, tenía que estar desalojada por lo menos la parte que simbólicamente más representaba para todos, en este caso los organismos, pero en realidad ahora vamos a ir viendo porque esto representa para toda la sociedad argentina, que era el Casino de Oficiales, el lugar propiamente de reclusión de todos los detenidos y que es lo que llamábamos la línea Libertador, entonces el 28 de diciembre de 2004 se firma el acta de desalojo de esos lugares para cederlos a lo que era la Comisión Bipartita formada por el gobierno nacional y el gobierno de la ciudad...

E: Esto comprende –el Casino de Oficiales– el edificio de cuatro columnas y ¿qué más?

J: ... otro edificio que está en el medio de ellos que era el lugar de oficiales, después buscamos el nombre correcto...

E: En lo que actualmente funciona el Archivo de la Memoria...

J: ... no, eso se desocupó más tarde, hubo tres etapas de desocupación, acá estaba la Escuela de Guerra Naval y ellos tenían un simulador, una biblioteca, había un movimiento muy grande debido a su funcionamiento...

E: Hay tres etapas de desocupación del predio, ¿cuándo comienza la primera?

J: Fines de 2004. Es interesante que en el funcionamiento de la Comisión Bipartita se hicieron muchas reuniones con los organismos porque uno de los postulados de la creación de la Comisión era dar una amplia participación a todos los organismos de derechos humanos y de hecho, los mismos formaron parte de esas reuniones de la Comisión Bipartita que se hacían semanalmente en la Secretaría de Derechos Humanos.
En ese momento se discutía también lo que iba a ser la funcionalidad del lugar y como de alguna manera había planteado un tema concreto en lo que eran las discusiones...

E: ¿Recordás cuándo fue la primera de las reuniones que se sustanció de la Bipartita?

J: Inmediatamente, muy pronto, por eso yo tuve que dejar las otras funciones y venirme, por eso me acuerdo o sea, se creó la Comisión Bipartita e inmediatamente de creada la misma se hizo un reglamento interno –después buscamos bien la fecha– en el cual nos proponíamos las reuniones con los organismos de derechos humanos, entonces creo que comenzó a funcionar más o menos pronto y de hecho, en el mes de junio, ya estaba creada la Comisión Bipartita y tenemos una segunda visita con los sobrevivientes –julio 2004–; la primera visita la hicieron con Néstor Kirchner antes del 24 de marzo, que recorre todo el Casino de Oficiales y reconocen los lugares, que es esa foto, eso fue el 18 de marzo.
Luego, pasado el anuncio del 24 del presidente y creada la Comisión Bipartita, venimos dos integrantes de la misma a hacer un recorrido con los sobrevivientes, pero ya en ese momento tomando notas con arquitectos de la Ciudad de Buenos Aires, esto está filmado íntegramente y después editado –lo filmado en “crudo” todavía está– de cómo describían ellos cada uno de los lugares para que nosotros podamos hacer estos famosos planos donde se testimonia cómo era el ingreso de los detenidos, dónde se alojaban, la “maternidad” que le llamaban o el cuarto de las parturientas, “Capucha”, “Capuchita”, “El sótano”. Esa jornada se hizo un día sábado donde se nos pidió que no hubiera personal militar y estuvimos toda la mañana recorriendo con los sobrevivientes el Casino de Oficiales; todavía estaba ocupado por ellos, aún estaba en funciones, pero ese día estaba desocupado; de hecho, cuando veníamos con Gabriela a las reuniones con ellos porque lo que teníamos que ver era si se desocupaba ese lugar, el agua, como quedaba dividida, la luz, todo lo que eran los planos y todo eso, nos reuníamos en el comedor del Casino.
Esa visita con los sobrevivientes porque esto fue lo que nos permitió volver a realizar los planos y los lugares porque los sobrevivientes que participaron eran de distintas épocas y nos iban indicando como estaba y ahí es donde se hace el primer diagrama del lugar porque hasta ese momento lo teníamos dibujado en lápiz, que es el testimonio que ellos presentaron en la CONADEP, en Ginebra y en un montón de lugares donde le hacían un croquis. De esta manera pudimos armar el plano con los arquitectos y luego con esto se hizo un “power point” y se llevó a la Audiencia Nacional, a Garzón, que es el que estaba llevando en ese momento los juicios.

E: Esa fue la primera vez que los sobrevivientes ingresaron, volvieron...

J: La segunda.

E: La segunda porque la primera la habían hecho con Néstor (Kirchner)...

J: Con Néstor (Kirchner) que fue un poco caótica porque fue un poco también la emoción de ellos mismos: No, pero si estabas acá... pero no, si acá había una puerta... no, pero te acordás de aquí... y Cristina (Fernández) que preguntaba y Néstor (Kirchner) que estaba conmovido... y además eso no está filmado. Entonces, esta segunda vez se hizo de manera más ordenada.

E: Y eso fue un insumo fundamental para comenzar a desarrollar la señalética que fue una de las primeras intervenciones concretas en esta política de memoria de empezar a construir ese relato. ¿Habías dicho junio?

J: En junio fue la visita con los sobrevivientes y a partir de ahí empezamos a trabajar semanalmente con la Comisión Bipartita, con las distintas propuestas; se presentó un aviso que salió en los diarios solicitando que se acerquen propuestas –eso lo tenemos–; empezamos a recibir distintas propuestas, se hicieron reuniones con profesionales, con artistas, con plásticos, con política, con distintas agrupaciones en las cuales se proponían distintas instancias; tuvo bastante intervención el grupo de voluntariado de arquitectos de la UBA, que es un grupo de recuperación de memoria con quienes trabajamos ESMA y Campo de Mayo en ese entonces y que de alguna manera también diseñaron todos estos carteles; los textos fueron recogidos a partir de una selección que se hizo con los integrantes de la Bipartita, había toda una selección de textos pero se discutía en el marco de la Bipartita, esto llevó bastantes reuniones pero fue muy importante y muy productivo porque era interesante como incorporaban elementos o sea, muchos integrantes de los organismos venían de trabajar en distintas instancias internacionales, por lo tanto también tenían una fundamentación jurídica interesante para aportar y también los sobrevivientes y los testimonios, todo el recorrido que hacían, entonces esas reuniones fueron una experiencia muy rica.
Cuando se produce esta primera entrega seguimos trabajando otro año con esto y cuando estábamos ya avanzando en esto nos piden que hagamos una comisión ad hoc, más pequeña, para que impulsáramos más lo que es el destino de los edificios y su puesta en valor de cada uno de ellos.
Llegamos así al 2007, en donde por fin se desaloja totalmente; uno lo ve ahora y realmente fue bastante rápido tres años, en ese momento la presión que teníamos era ¿se irán?, ¿no se irán? y esto me interesa personalmente decirlo porque yo nunca dudé que se iban a ir y esto debido a mi cercanía a la decisión política, pero claramente los organismos tenían todo el derecho de dudarlo porque se venían prorrogando, por ejemplo: ¿está lista la Escuela Fluvial? no porque se cayó la licitación porque hubo uno que interpuso no sé qué y entonces no se puede iniciar la obra... en definitiva, al tener este seguimiento que todo el primer año lo hicimos en la Casa de Gobierno con el Dr. Parrilli, la compañera de Obras Públicas, alguien del Ministerio de Defensa y los militares a cargo de aquí de la Armada –Gabriela Alegre obviamente, Cecilia Ayerdi, yo, Eduardo solía venir– y en esas reuniones veíamos los avances y retrocesos y allí yo percibía claramente y se me transmitía la decisión política, entonces yo estaba totalmente confiada que eso era inamovible.
En el momento que asume Nilda Garré en el Ministerio de Defensa, un poco las reuniones ya quedan en esa órbita entonces se continuaron haciendo en ese ministerio donde se nos informaba de cómo estaban yendo los plazos de desocupación y el último que lo hace es el Liceo Naval Almirante Brown porque allí los padres no estaban de acuerdo con el lugar a donde iban a ser trasladados los estudiantes, luego los docentes tampoco lo estaban y después se terminó resolviendo el tema en un edificio de Vicente López así les quedaba cerca y tenían salida al río y entonces se propuso una construcción para el Liceo Naval financiado por el Gobierno de la Ciudad; esto no sé si está terminado todavía, pero en septiembre de 2007 se mudaron.

E: Y las Fuerzas dejan definitivamente el predio...

J: Si.

E: Vos comentaste que habían sido tres etapas: la primera la línea Libertador, ¿recordás la segunda?

J: La segunda fue la parte de atrás: Automotores, la imprenta y la enfermería.

E: ¿Fue la época en que se había puesto esa pared de metal?

J: Lo que hicimos fue que a medida que se iban desocupando pusimos como unas vallas, esto a veces se interpreta que era diferenciar a los militares por un lado y nosotros por el otro, que también puede ser, pero en realidad lo que yo les transmitía a quienes estaban acá era que se deslindaban responsabilidades o sea: si ponemos una valla acá y aquí nosotros custodiamos que soy la Comisión Bipartita con el personal que contrato para este fin, lo que suceda acá va a ser mi responsabilidad, en cambio si no existe esta división lo que suceda acá puede ser la responsabilidad del capitán de navío, de un alumno del Liceo Naval, de la persona de protección que yo contraté, no tenemos forma de ver quién está custodiando cada uno de los lugares y me parecía que era ése el criterio y no solamente un paredón que nos separe, que también al tener ellos estos resquemores –porque nadie se quería ir de acá– también podría producirse algún hecho que fuera agresivo, eso también lo tuvimos en cuenta o sea, que más allá de que la fuerza se hubiera subordinado al Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas que era el Presidente de la Nación, podía existir por abajo alguien que tuviera alguna expresión agresiva en relación a que estaba dejando el lugar de sus sueños, eso podía pasar, pero también había una cosa que si esto ya se cedía a esta Comisión, teníamos que hacernos cargo nosotros: cortar el pasto, cuidar de intrusiones o que haya un corte luz, lo que sea, por lo tanto se acordó en esto, entonces a medida que se iba desocupando esas vallas se iban corriendo hasta esa noche que se sacaron todas. Las últimas fotos son de noche.
Sigo viendo a muchos de ellos ahora en algún acto en Defensa o acto de gobierno que van y ellos siguen lamentándose haber dejado un lugar que les era muy agradable y esto es así, no es que con esto solamente pongan en cuestión el valor político que ha tenido la decisión si no que en realidad estaban cómodos, que era un edificio que les era muy agradable para trabajar. Creo que para las nuevas generaciones que ingresan a las fuerzas van de alguna manera incorporando este concepto acerca de que nosotros teníamos que dar una señal política, que no era solamente sacarlos a ellos de su lugar de trabajo o de estudio si no que para nosotros era muy importante dejar esta señal de que estos lugares de enseñanza, de estudio, de defensa del territorio nacional y del cuidado del medio ambiente no pueden ser utilizados para este tipo de vejaciones, para que la propia fuerza opere contra su propia ciudadanía cuando ellos tienen que tener la defensa de su ciudadanía y creo que las nuevas generaciones van entendiendo esto porque hay una continuidad de esta política porque por suerte no se interrumpió, entonces esta continuidad hace que esto vaya incorporándose mucho más en la formación de los nuevos integrantes de la fuerza.

E: Vos estás hablando de las fuerzas y creo que también uno puede trazar un paralelismo porque siempre que hablamos de la última dictadura cívico militar, hablamos del aspecto que atañe a lo que los militares llevaron a cabo, pero fundamentalmente lo que ocurría con la sociedad y en relación a lo que ocurre hoy con la ESMA o mejor dicho, lo que empezó a ocurrir en la ESMA como espacio de memoria, un espacio que comenzó a ser visibilizado si bien en una referencia simbólica siniestra, empezó a transformarse el aspecto simbólico en un espacio para la memoria. Si bien es claro que hay una política de estado y una decisión política muy fuerte para recuperarlo –vos recién describías muy bien todo el proceso de transición–, de recuperación del espacio, ¿cuándo comenzó a funcionar como sitio de memoria?, es decir, ¿cuándo se comenzó a realizar las primeras actividades?

J: Una vez que fue desocupado totalmente se comenzaron a hacer las visitas al Casino porque ya se instaló la cartelería; antes de eso también había habido algunas visitas internacionales o de alguna institución o área de gobierno o sea, nosotros ya habíamos empezado con la capacitación de los guías –esto también después te lo van a contar algunos de los que yo te pedí que entrevistaras–, nosotros convocamos a varios sobrevivientes para que sean jornadas de trabajo con los guías contando para que ellos se capacitaran  para las visitas guiadas. Entonces, hubo visitas, previo a esa desocupación total, al Casino de Oficiales, se instalaron los carteles y luego de la desocupación total uno de los primeros lugares que se puso en valor fue el último que se desocupó que es el Liceo Naval Almirante Brown por parte de la Asociación Madres de Plaza de Mayo que instaló allí el Espacio Cultural Nuestros Hijos, el ECUNI. Cuando hace una primera intervención en el Espacio, ahí ya hace una actividad que lo llamó “El desembarco” –en el Liceo– y es una actividad de pintura y que cada uno pintara una flor en el Espacio y lo dio por inaugurado.
A partir de ahí, también se empezaron a hacer actividades: nosotros comenzamos con las obras en el Conti, el archivo y el edifico que era la panadería que es el acerbo documental. Paralelamente a eso se comenzaron a realizar los llamados “El Cuatro Columnas” por parte del Instituto Espacio para la Memoria y creo que no mucho más, pero una vez terminadas esas obras ya la actividad es diaria y permanente de lunes a lunes y creo que se fue reforzando mucho más en el último año. El ECUNI tuvo una presencia permanente de actividades; inaugurado el Conti hace ya unos dos o tres años también comenzó a tener una presencia también permanente de actividades, de espectáculos, sobre todo se hace un seminario internacional todos los años, se trabaja mucho en distintos encuentros de desarrollo social que a la vez nos piden los lugares para trabajar con los cooperativistas de Argentina Trabaja, el Ministerio de Educación para el Consejo Federal de Educación. Una de las cosas que señalo y que justamente hoy lo recalqué es que el ingreso hoy al predio no necesariamente significa la visita al Casino de Oficiales porque en cada uno de los espacios que se visite queda plasmado lo que aquí pasó, entonces el que quiere recorrer el Casino de Oficiales hay visitas guiadas todos los días y los sábados inclusive para conocer el lugar y conocer como fue el funcionamiento, pero si uno va al ECUNI también sabe lo que pasó acá, si uno va al Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti también o si va a la Casa de la Militancia lo mismo, siempre está inscripto que es lo que pasó acá por más que venga una actividad de recital o de presentación de libro o de lo que sea...

E: No va a haber solamente un recital...

J: Sabe que está viniendo a este lugar y qué significa el mismo, esto es lo que a nosotros fundamentalmente nos interesa porque nuestra idea cuando tomamos esta decisión política no era crear un nuevo centro cultural en la ciudad de Buenos Aires ni un centro de esparcimiento ni nada, queremos que esté habilitado para todos los que quieran y todos puedan ingresar a este lugar, pero que sepan qué pasó aquí, no es una plaza pública. Esto es lo que pretendemos y lo que creemos que tenemos que trabajar fuertemente para que no sólo para hoy sino para que dentro de diez o veinte años siga siendo un lugar de memoria.

E: Es muy interesante lo que dijiste, para nosotros en el trabajo, en la búsqueda de construir un relato sobre la recuperación, esta idea tan importante como una política de Estado de la recuperación de un predio de estas características, ¿por qué este es un espacio de memoria?

J: Cuando yo te comentaba lo de la decisión política lo hacía en función de que nosotros queremos dejar muy plasmado en el conjunto de la sociedad, no sólo de las víctimas, sus familiares o militantes si no que al conjunto de la sociedad que se sepa qué pasa cuando hay violaciones al estado de derecho, cuando se arman estos contubernios entre la sociedad civil para imponer un proyecto de país neoliberal, de exclusión, de marginación, de pobreza, de enriquecimiento de una minoría, claramente ese proyecto tiene que venir acompañado de una fuerte represión porque acá había un movimiento social muy fuerte. De todos modos, cuando se instaló el golpe del 24 de marzo ya estaba bastante diezmado ese movimiento, pero no es eso sino que lo que yo quiero subrayar es que para que nosotros trabajemos hoy en un país con inclusión, igualdad, con libertad, con la participación de todos, estén de acuerdo o no con alguna ideología o con algún partido político, pero si queremos la construcción de un país más justo es imprescindible saber que cuando nos quisieron poner un país con otras políticas tuvieron que convocar a las fuerzas armadas para que aniquile a una buena parte de esta sociedad, aniquile físicamente y para que anulen al conjunto de la sociedad en lo que es el reclamo de justicia. Entonces, para construir un país en el que entremos todos, que todos tengan sus derechos, lo más amplio y con esto estoy hablando que tengamos el derecho a la salud, a la vivienda, a la igualdad, el derecho a la sexualidad, el derecho a la justicia y que realmente responda lo que está requiriendo una sociedad para vivir con lo que cada uno considera que quiere vivir, pero garantizándole lo mínimo, las garantías mínimas a cada ciudadano tienen que estar incorporadas en una política de Estado.
Entonces, el poner en el centro la memoria tiene que ver con que sepamos todo esto, que para poder forjarnos como ciudadanos igualitarios tenemos que saber que hubo un momento de nuestra historia en que se conspiró contra ello de esta manera y que fue de la forma más salvaje y que entro dentro de los genocidios del siglo XX más terribles, que fue la última dictadura cívico militar porque nosotros venimos con interrupciones del estado de derecho en todo el siglo, pero ésta fue la más impresionante por el nivel de crueldad, por la masividad y porque justamente creían que esa era la manera de imponer este proyecto y de hecho todavía tenemos consecuencias de ello; entonces, tenemos consecuencias de lo que fue la política de la dictadura, el sojuzgamiento, lo que fueron los gobiernos constitucionales con una política neoliberal y  hoy todavía lo estamos padeciendo todo esto, entonces creo que para que podamos defender nuestros derechos tenemos que saber lo que pasó y este es un lugar emblemático para ello y también podemos referirnos a los otros lugares.

E: Además, la ESMA no fue el primer sitio de memoria de la Argentina para funcionar como tal, ¿verdad?

J: No...

E: Ahora de la ciudad de Buenos Aires sí fue el primero porque ni Atlético...

J: En Atlético estaban por las excavaciones...

E: No funcionaba...

J: No, no...

E: Ninguno ni siquiera Olimpo...

J: El Olimpo... ¡qué lío que tuvimos en el Olimpo en aquella época!... en el Olimpo estaban organizados algunos organismos con una ONG donde estaban haciendo el corredor del oeste. Ahí hubo un temita porque había como una inserción con esta ONG en la que como no había decisión política estaba un poquito distorsionado.

E: Como criterio de construcción de una política de memoria...

J: Después lo resolvimos... lo resolvió Néstor Kirchner: venga para acá, los sentó a todos y lo resolvió porque yo tenía mis dudas con lo que estaban haciendo y como estaba con el tema de la ESMA trataba de no ir a las reuniones del Olimpo, iba otro compañero y tenía mis serías dudas y dije que así no iba porque no se podía hacer un festival en un centro clandestino de detención, entonces primero veamos qué vamos a hacer con la policía que está ahí, cuál es la decisión de qué hacer con la policía... ¡pero no vamos a desocupar todos los lugares!, decían algunos y yo decía: no sé, pero si ustedes quieren realmente que esto quede como un sitio de memoria la parte de ahí, yo no puedo tener al verificador de automotores al lado, era un contrasentido en ese momento porque también hay que tener en cuenta una cosa: nosotros teníamos que ser muy rígidos en eso porque si no dábamos ese paso con mucha contundencia fomentábamos aún más esta percepción que tenían: es un invierno largo que ya pasa, enseguida se vuelve atrás, no va a pasar más nada, se le va a ir la calentura a Kirchner, ya van a arreglar, volverá todo a sus cauces normales, eso lo decían tanto algunos militares como algunos políticos y algunos empresarios, había todo un contubernio en realidad como diciendo: bueno, dejalo, está loco, ya se le va a pasar o sea, que si nosotros no dábamos una señal muy clara, estábamos fomentando eso, cuando en realidad nosotros sabíamos que se nos iba a pasar, pero teníamos que convencerlos, entonces había cosas en las cuales esto de la convivencia donde se discutía mucho –en su momento con el CELS si teníamos que convivir o no– y Néstor (Kirchner) fue muy claro: yo no puedo cederles nada, si les cedo algo ya no me diferencio y yo tengo que mostrar que realmente el poder lo tengo y esto se contraponía con la decisión de otros organismos donde decían: acá tiene que ser nada, vacío totalmente y bueno, también eso, tampoco la sociedad está preparada para tener edificios cerrados vacíos en función de la memoria. Fue complejo, contradictorio y fue una puja de muchas cosas y es cierto –yo siempre lo aclaro en cada lugar que voy– en relación a cómo las políticas de determinados municipios pudieron ser también un buen antecedente para reforzar estas políticas públicas, entonces lo que se hizo en Morón con Mansión Seré fue un antecedente muy interesante para todos nosotros y para que se valore lo que significa... ahí hubo una pelea muy grande y si bien Rousselot no podía ni salir a la puerta, de todos modos había que instalar en ese lugar un espacio de memoria en Mansión Seré y eso lo hizo el intendente de Morón con los organismos y con otras fuerzas.
Esto es algo que yo siempre reivindico y lo hago notar porque me parece que de estas construcciones se hace una construcción más grande, necesitamos de todas estas pequeñas construcciones. Cuando hablamos de la lucha de los organismos, también de la lucha de algunos políticos que siempre han estado acompañando estas decisiones.

E: Quiero aprovechar que volviste a la ESMA porque también es algo que nos parece importante poder destacar como instrumento en una política de memoria, como una política muy concreta: vos hablás que la primera visita con los sobrevivientes fue en el 2004; ahora la visita abierta, ¿se tiene algún registro de cuándo fue la primera visita?, ¿cómo se construyó el primer relato y hacia quién estaba dirigida y quiénes fueron aquellos que de alguna manera participaron?, es decir, que formaron parte de la primera vez que se contó ese relato de la ESMA acá como política de Estado.

J: En el 2005 nosotros empezamos a recibir algunas visitas de instituciones, sobre todo de las que venían de afuera porque querían conocer el lugar y ya estábamos con la capacitación de los que fueron los primeros guías y creo que en ese año empezaron a haber visitas...

E: ¿Cuándo se conforma el equipo de guías?

J: En 2005.

E: Y ahí trabajabas vos...

J: Estaba Gabriela todavía y cuatro guías que fueron contratados por Ciudad; ahí se empezó a trabajar con pedidos especiales de visita. En marzo de 2006 –me parece– fue la visita de todos los representantes de las embajadas en el país, a los treinta años, que estaba Taiana; se hizo la actividad en el Círculo Militar –que fue Kirchner– y después se vino acá con los representantes de todos los países, se hizo la visita y un acto en el Casino, eso fue también muy importante porque fue algo que representó mucho lo que estábamos haciendo y salió para afuera.
Entonces, todo ese tiempo hubo visitas específicas: vino Garzón; vino Kerry Kennedy con otros integrantes de Uruguay, que se hizo un seminario en el Cervantes e hicieron una visita aquí; la Unión Europea, embajadores, Strauss-Kahn...

(Otra persona presente en la entrevista menciona el nombre de Rigoberta Menchú)

Rigoberta Menchú fue el año pasado, pero en el período que todavía no estaba abierto todas estas visitas se hacían.

E: Es decir que eso fue una de las primeras actividades...

J: Si, porque todavía no estaba abierto porque había un acuerdo con los organismos que en la medida que no esté desocupado totalmente no se abría, entonces se hacían muy específicas, pedidos especiales; en la mayoría participó Cristina.

E: Bueno, tampoco queremos abusar demasiado de tu tiempo, el relato es muy valioso, solamente tres preguntas más personales y cerramos. Hablamos de lo que hasta ahora fue, cómo se fue llegando y en un momento vos dijiste: para entender lo que está pasando y también soñar con un futuro, ¿qué futuro es el que vos soñás como responsable y además protagonista de todo este proceso tan importante para todos los argentinos que es tener un sitio de memoria como la ESMA?

J: Voy a mencionar unas palabras de Rodolfo Mattarollo, que en uno de los encuentros dijo: íbamos camino a la revolución y nos tropezamos con la democracia... y yo creo que tenemos que darle verdadero valor a la democracia y mucho contenido porque esto es lo que va a garantizar que todos participen en un nivel de igualdad. Entonces, lo que me imagino de este lugar es que quisiera que mis nietos más chiquitos –los más grandes ya vivieron este proceso conmigo– dentro de veinte años cuando tengan la edad de mis nietos más grandes vean este lugar como uno donde se cometieron las mayores aberraciones contra su familia, pero que es el lugar que apuesta a que esos hechos no vuelvan a pasar y no van a volver a pasar, que sientan la seguridad de que eso ya en mi país no pasa. Para mí lo mejor sería que realmente cada uno que transite por aquí y venga a la inauguración de una muestra, a un acto, a una charla-debate, tenga la seguridad, la haya recibido –que no la puede tener mi generación ni la que viene porque somos contemporáneos a esto– de que eso fue lo que pasó y no va a volver a pasar porque hoy estamos todos participando en fortalecer los derechos y la democracia, son todos partícipes, nadie queda afuera de esta participación, cada uno desde donde quiere, el que quiere militar en política lo hará allí, el que quiere trabajar como docente, el que quiere ser escultor, pero todos compenetrados con lo que es la construcción de una democracia fuerte y participativa.
Entonces, realmente yo quisiera que esto quede como el lugar donde se cometieron estas atrocidades, pero con la total seguridad de que estas atrocidades, en este camino de construcción, de inclusión y de construcción colectiva, no tiene cabida porque ninguno va a dejar que esto suceda y que va a haber una clara decisión, no una duda –bueno, hay que ver que pasa...–, no solamente que sean defensores de esta gestión porque no es eso si no que sean defensores de los valores éticos que tenemos y yo digo: sos radical, sos conservador, sos socialista, sos peronista, lo que sea, pero esto acá no va a pasar porque nos vamos a oponer en el Ejecutivo, en el Legislativo, en el Poder Judicial, en donde te toque estar. Creo que es una esperanza pero que es totalmente concretable, la participación hoy de los jóvenes en la política, yo vengo de no hace mucho del “que se vayan todos” y ahora los políticos no son insultados, hablan de la década ganada y es así, pero una década sola no alcanza.

E: Y hablando de militantes políticos, las últimas dos preguntas son para dos figuras que vos conociste muy de cerca y que han sido también protagonistas de todo este proceso de recuperación. La primera de ellas, cuya desaparición física conmemoramos hace muy poco, Eduardo Luis Duhalde y preguntarte qué recordás de él en relación a su participación en toda esta iniciativa y el lugar que tuvo para que esta iniciativa hoy sea  efectivamente un espacio para la memoria.

J: Primero tengo que decir que a Eduardo Luis Duhalde lo conozco de hace muchísimos años, no solamente de la actividad de la gestión; yo estuve un período presa en el año 1971 y él fue uno de los abogados que me visitaba, fue el comienzo de una larga amistad porque después nos volvimos a encontrar en el exilio y fuertemente cuando volvimos al país donde trabajamos juntos o sea, que es un amigo, un hermano mayor, él compartió mucho toda mi familia, yo con su familia, entonces había una relación muy estrecha, familiar.
Cuando él asume le digo que a mí me habían llamado para acá... si, vos quedate           allá, yo asumo acá... al final terminamos trabajando juntos por el nivel de confianza que nos teníamos a nivel político y también la confianza en la ejecución de las cosas. Creo que si algo nos caracterizó a ambos fue la versatilidad frente a distintas cuestiones o sea, cuando se nos aparecía algún tema conflictivo teníamos esa versatilidad para trabajarlo, por ejemplo: si los militares decían una cosa, nosotros veíamos como... nos pudimos sentar con ellos, a mi me sirvió mucho que él me acompañara y que yo hiciera otro tanto con él. Recuerdo una de las últimas reuniones en el Ministerio de Defensa cuando el Almirante Godoy, sobre el Liceo Naval, le dice: Pero Eduardo, está todo, porque solamente es ese edificio que a lo mejor para que terminen las clases y Eduardo le dice: Jorge (Godoy) no entendiste, es el 100 o nada... entonces, él podía decirle Jorge al Almirante Godoy, pero no te regalaba nada, entonces creo que esto marcó mucho la gestión, en muchos aspectos, en la relación con los organismos; una de las cosas de su permanencia en el puesto como Secretario de Derechos Humanos la tuvo también en el sentido que él convocaba a todos los organismos como quería el presidente y la presidenta, entre ellos había mucha disputa, pero Eduardo tenía a Hebe y a Estela y hay mil fotos en el medio de las dos.
Además, creo que tenía una capacidad intelectual envidiable porque había que trabajar sobre las consecuencias en salud mental del terrorismo de Estado y él te escribía un libro sobre eso. Entonces, se metía con la salud mental, con la historia, el libro contra Mitre –yo trabajaba con él también en la parte de edición–, había que hacer la corrección de galeras y es un libro densísimo y lo escribió y terminó mientras era Secretario de Estado y no se tomó ningún día de vacaciones, quiero decir: no dijo me voy diez días, por ahí se iba a Mercedes pero estaba acá... me parece que tuvo una militancia en esta gestión, claramente fue el lugar donde militó más fuertemente y esto último es personal, no lo dijo él, pero creo que fue la militancia más férrea que tuvo y supongo que tiene que ver con esto que hablábamos siempre: che, la historia nos dio otra vuelta, ¿dónde vamos? yo no me voy a ningún lado, estamos acá... Ni él a mí ni yo a él esto de: ¿no te vas a tomar vacaciones? estamos acá; yo me iba a mi casa de afuera pero nunca me iba más de cuatrocientos kilómetros, él menos –doscientos–, porque había episodios, cuestiones, el secuestro de Jerez en San Miguel, recuerdo que era fin de año, el único tiempo que me tomo de corrido, de navidad hasta reyes, bueno no fue así, de vuelta acá y en eso coincidíamos, no tenía que decirle: ¿Podrá venir?, no, estábamos en la estación de San Miguel los dos a las dos horas y esto también es la impronta Kirchner.

E: Y hablando de Kirchner porque la otra figura que también te quería preguntar era por Néstor, ¿cómo recordás ese día que fue entrar a la ESMA?

J: Yo recuerdo más también otras cosas, creo que él ya tenía claro esto de hace muchísimo, muchísimo, el tema de lo que era este lugar y de lo que era tomar esa decisión, la tenía de mucho tiempo, él no se aproximó cuando la Marcha de la Resistencia de diciembre de 2003 los invita a la Casa de Gobierno a todos los organismos, él ya tenía clarísimo todo, todo, quién era quién, a quién en cada organismo, qué era la ESMA, qué era La Perla, qué era la Escuelita de Famaillá, quiénes habían peleado por esto, quiénes estaban protagonizando esto otro, él los veía y les decía: ¡Ah!, sos vos... te vi cuando hiciste... quiero decir con esto que el que dijo que llegó a los derechos humanos por conveniencia, él nunca lo quiso decir, él nunca hizo alarde de eso, pero se sabía absolutamente todo... ¡ah!, vos sos la que sacaste la carta de Ana María Ponce... si, yo me acuerdo cuando... ¿pero tu viejo no estaba en la JTP de tal lado?... entonces, esas cosas nunca se dijeron ni se dicen, porque son actitudes humanas y de compañeros.
Recuerdo cuando fue la primera desocupación, que Pampuro dice: gracias que fue sin conflicto... y entonces entramos a saludarlo a Néstor –él nos quería saludar– y dijo: bueno, porque tendríamos que ver que hay algunos –y yo de irrespetuosa, luego me di cuenta que no pasaba nada ser irrespetuosa con él– le digo: todos Presidente, ¿qué dice?... bueno, si, si, si... después le entendí, no quiso decir que algunos más que otros si no que estaba hablando de la recuperación, él iba tan delante de todo que entonces a mí me mareó, yo digo: Presidente, todos los militares... si, si, si... me acuerdo que Parrilli me miró como diciendo... es que él ya estaba por adelante, él ya estaba hablando de los otros militares, no de los que tuvieron intervención y sabía que los iba a juzgar y sabía que eran condenados y para mí algo en relación a la justicia y en relación a él, es muy fuerte, pero muy fuerte y mucho más que el discurso de acá es el discurso de La Perla en relación a la justicia...

E: ¿Por qué?

J: Porque llamó a la justicia, fue muy frontal, fue un discurso de las entrañas donde él dijo: Y a ese señor que no merece llamarse general... que nos estaba operando el General Menéndez en la provincia de Córdoba, nos estaba operando con amenazas, con atentados y él se plantó ahí y dijo: y a la justicia que está lenta, que se apure, no podemos seguir esperando, no podemos seguir, que hagan lo que tienen que hacer, no me quiero meter, pero hagan lo que tienen que hacer... destrabó a la justicia después de ese discurso, para mí fue muy importante, la historia lo dirá, pero nosotros semanas atrás habíamos presentado un recurso –62 querellantes– para que Casación diera lugar a la apertura de la causa, que ya estaban anuladas y todo pero seguía trabado y él cuando se manda con esto termina el discurso y me pone una mano y otra a Parrilli y temblaba, entonces yo le digo: Presidente, yo soy de los sesenta y dos y él ni sabía, como yo nunca lo había dicho, entonces dice: estuve muy fuerte, ¿no?
Creo que era inamovible eso que él sentía y sabía que además para este país lo único que valía era el poder terminar con este ciclo de justicia; para él esto era una cosa... después negociaba con uno o con otro, con los sindicatos, está bien, era su manejo de poder, pejotista de pura cepa, entonces tenía toda esa maniobra que tampoco le ha ido mal, por ahí con algún que otro funcionario que le hizo alguna macana, pero nada más. Así que yo creo que fundamentalmente es cierto que no dejó las convicciones... y él podía negociar, hacer, bueno, era un estadista...

E: No sólo no las dejó en las puertas de la Casa Rosada si no que las llevó...

J: Las llevó, claro. ¿Vos te creés que lo del ALCA alguien lo sabía? yo me acuerdo que estaba en una reunión con los organismos unos días antes por otra cosa y Norita le dice: Y no al ALCA... Bueno, Norita –le dice–... Viste que hay que decirle porque si no... y nosotros ya sabíamos que estaba negociando con Chávez y con todo esto y él no decía nada, como no me dijo a mí cuando le dije lo de los militares porque él estaba siempre adelante.


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