Teresa Parodi


En un primer momento ¿Cómo  fue esta convocatoria que te hicieron para pedirte que coordines este espacio?
Bueno, fue una convocatoria que me hicieron en forma personal las Madres de Plaza de Mayo, en particular Hebe, en nombre de todas  sus compañeras, de esa línea de las madres que preside Hebe.
Y para mí fue muy emocionante porque yo acompaño la lucha de las madres desde hace 30 años y porque también tengo muchos compañeros desaparecidos, soy de una generación que padeció la dictadura en forma muy concreta y dolorosa. Y la verdad es que me conmovió mucho que me hayan elegido a mí para esta idea, que en realidad tiene siempre que ver con una postura de las madres  de defender a ultranza la vida. Este amor revolucionario que todo el tiempo es tan provocador porque quiere despertar vida, sostener vida, proyectar vida. Casi como si recibieran el mandato de sus hijos y fueran por esa vida. Como si fueran a buscar esa vida todo el tiempo, como  una reivindicación de los sueños y las luchas que ellos tuvieron.  Con alegría y con la certeza de que contra el amor y contra la vida nada puede.
La propuesta fue venir a instalar aquí un espacio cultural con la herramienta más hermosa que  tiene el hombre para construir, que es el arte. El arte está lleno de vida.
Ellas [las madres] me decían que si sus hijos pudieran elegir, elegirían un lugar como este. Que  un lugar donde hubo tanto dolor y tanta sombra se llene de voces, de sonidos armónicos que tengan que ver con el canto de todos. Esa música que nos reúne a todos y que hace que nos sintamos país en conjunto.
Entonces ellas me decían que la propuesta era  y es que vengan aquí a cambiar el sonido, el color y la imagen de este lugar, sin perderla memoria
Entonces eso se ve  desde el nombre que le pusieron  “espacio cultural nuestros hijos”. Porque para ella sus hijos están aquí. Y están en todos los que vienen, entran y salen y en toda esta vida que tiene el ECNHI. Esta carga de vida maravillosa que es convocada por el arte en todas sus formas.
Para mí fue un desafío y una propuesta tremendamente conmovedora. Me dio un poco de miedo y al mismo tiempo de coraje. Fue muy fuerte para mí pensar en un equipo de gente que pueda entrar aquí a transformar estas paredes. Este frio. Esto que sentí  cuando entré por primera vez acá. ¿Cómo se cambiaba eso?

-          ¿Qué sentiste?
Bueno, fue muy fuerte entrar por primera vez acá.
Primero vine sola con Hebe. Y caminamos las dos por esa calle larga y ella me iba diciendo lo que quería en este espacio. Entusiasmada y con una certeza y un amor y una convicción tan conmovedora que me  traspasaba a mí lo que esperaba que pudiéramos construir en este lugar.
Y entramos caminando por la calle esa, pasamos frente a sanidad.  Yo iba con la piel de gallina. Y con un estremecimiento, una cosa…. Pero la veía a ella con una fuerza interior tremenda. Y guiándome casi. En vez de que yo la lleve del brazo, ella me llevaba a mí.
Y llegamos acá y se paro en la puerta. Y entonces  vi que esto estaba desolado. Con el frío de un edificio abandonado pero también con el otro frío. El frío de su propia historia. Amén de este predio, lleno de arboles y de silencio.
Entonces yo miré y  vi que estaba  tan vacio y  tan solo, tan desasosegado y desangelado…y pensé…
Ella me dice: “vamos a empezar el lunes”- era un viernes. Y yo le dije: “-y ¿cómo?”- Entonces ella me miró y me dijo: -“Sabés cómo se hacen las cosas Teresa? -“. -“A veces sí, a veces no-” le dije yo. Y entonces ella me dijo: “-haciendo-”. No me lo voy a olvidar nunca: ¿Cómo se hace?, Haciendo.
Así que yo llamé a la gente para hacer. Veníamos y nos sentábamos en el piso. Nos costaba entrar, pensar el espacio. No teníamos agua, no teníamos calefacción, estaba muy despintado. La primera propuesta de ellas fue llamar a la gente y decirles que vengan a pintar en las paredes de este espacio del horror flores y soles. Nada más. Después ellas iban a decir qué inaugurábamos acá.
 Y la gente vino, le proveíamos de los elementos, y la gente  pintó flores y soles.
Ahí nomas ya cambió en forma inmediata el color de este lugar. Se llenó de gente joven, se llenó de gente, se llenó de ganas. Y las madres dijeron “acabamos de entrar con nuestros hijos a este lugar. Y con ustedes que son nuestros hijos vamos a pintar soles y flores.
Cuando  entraron por ese pasillo largo, alguna de las madres era la primera vez que entraban. Paró la camioneta. Yo la fui a esperar en la puerta y vi que ella se paró y les dijo a las madres: “Bueno, ahora vamos a entrar juntas, tomadas de los brazos como siempre pero no va a llorar nadie. Porque nuestros hijos vienen con nosotros”.
Bajaron e iban adelante, agarradas de los brazos. Hay una foto extraordinaria donde ellas van caminando del brazo. Parecían más altas. Y atrás íbamos todo el resto. La gente que se sintió  convocada. Ellas no lloraron, pero nosotros sí, nosotros sí.
Y abrieron las puertas y entramos y se procedió a esta toma del lugar con todas estas ganas y este amor y con todas estas flores y estos soles.
Pero después se fueron todos y quedamos nosotros con los soles pintados y las flores pintadas y la certeza del mandato, del pedido de las madres, que había que hacerlo. Y había que ir rompiendo ese silencio, esa sensación de lugar helado y de sombra y había que llamar a la gente. Porque solos no podíamos. Los sabíamos y lo sabían las madres. Por eso era una convocatoria hacia el afuera. Hacia todos los que quieran acompañar este proceso de transformación que tenía que ser, en este caso, de adentro hacia afuera.
Entonces me acuerdo que la primera guitarra que sonó  aquí fue la de Juan Falú. Que me dijo “no sé si voy a poder tocar, Teresa”. El tiene un hermano desaparecido. Y yo le dije “vas a poder, porque tenés que ayudarnos a cambiar este sonido y que mejor que tu guitarra para cambiarlo”. Entonces él se sentó y me miró serio y cuando empezó  el primer acorde de esa guitarra todos estábamos conmovidos y sintiendo que éramos protagonistas de un momento único y de un proceso que íbamos a vivir a partir de ese momento. Que iba a cambiar la historia de este lugar pero también la historia de nuestro propio país.
Porque estábamos  poniendo sobre la mesa uno de los debates más duros y difíciles. Pero absolutamente necesario para poder construir un futuro. Que es el no olvidar, el de hablar de lo que nos paso, sacarlo todo a la luz, discutirlo, desenmascararlo, instalarlo en la agenda política, en la agenda social, en las escuelas, en todos lados. Instalar el tema de la dictadura más atroz  que padeció la argentina. Y esto en el marco de una democracia que lo  permitió, con todas estas políticas de derechos humanos. Si bien no vamos a cerrar esas heridas, pero sí una vez que lo podemos hablar y llegar a todas las instancias que se llegaron con las políticas de derechos humanos de este gobierno y de Cristina y Néstor Kirchner. Verdaderamente hubo una maduración social  que me parece que es muy importante y que es un ejemplo en el mundo.
Todos sentíamos que estábamos siendo testigos y parte de un proceso extraordinario, de un lugar emblemático si los hay, y pusimos todo para hacerlo.
Al principio nos reuníamos en esta aula y nos sentábamos en el piso.   Era difícil entrar acá. Hay gente que no se animaba a entrar, hay gente que todavía no se animó. Y nosotros éramos los primeros. Junto con la oficina de derechos humanos y también ya estaba trabajándose para que el Aroldo Conti se ponga en marcha también. Y nada más
¿Esto cuando fue?, ¿en qué año?
Hace cinco años.
Y la designación de este espacio, ¿cómo fue?
Fue el último  que se asignó, cuando el presidente Néstor Kirchner decidió entregar esto a los organismos de derechos humanos y se reunió con los distintos organismos. Hebe le pidió este lugar, porque todo esto es la Escuela de Mecánica de la Armada, pero este lugar preciso era el Almirante Brown.  Acá se formaban a los cadetes. Por eso este espacio tiene un enorme lugar donde hay una grúa muy grande, que ustedes habrán visto. Porque acá se armaban prototipos de barcos. Y alrededor de eso están todas las aulas donde se trabajaba y donde se estudiaba. Este era el Almirante Brown.
Entonces este fue el último [espacio dentro de la ESMA] en entregarse,  porque fe el última en desalojarse. No se iban, no se iban hasta que le encontraron otro lugar y terminaron de irse. Y cuando terminaron  de irse, las madres recibieron el lugar. Fueron las últimas en recibir el lugar y las primeras en ocuparlo… a fuerza de coraje y amor.Y la gente que nos ayudó de entrada y todos los artistas que vinieron.
Y ¿cómo está pensado el espacio?
Este espacio está pensado, diagramado en  cuatro áreas: música, artes visuales, literatura y teatro. En esas cuatro áreas yo puse un coordinador distinto e hicimos un programa desde el primer momento. Pero lo hicimos a fuerza de ganas para que la gente venga. Porque acá no había ninguna forma de pago, ni se podía cobrar nada, ni nada. Había que hacerlo con una convicción militante en el marco de los derechos humanos. Fue increíble el apoyo de la gente. Fue muy emocionante el apoyo y el compromiso de los artistas, que hasta ahora sigue igual. Participaron y participan con mucha convicción.
Me acuerdo en los primeros recitales que todavía hacía frío y nos emponchábamos más acá adentro que afuera, porque era helado como subía el frio de abajo. Y éramos nosotros mismos sentados. Las primeras fotos somos nosotros mismos, todo el equipo que conformó el ECUNHI de entrada. Éramos nosotros el público, y nuestros amigos y familiares. Al principio fue así.
Pero en un punto eso se empezó a romper, porque lo rompimos a fuerza de arte, para instalar esta idea y golpear para  salir, para que el ECUNHI salte estos muros y convoque. Y fue impresionante cómo cada vez más la gente empezó a venir, con el boca en boca. Y de golpe, ahora tenemos entre 400 y 500 personas por día que entran y salen de este lugar. Con los convenios que hemos firmado con el Ministerio de Desarrollo Social. Así traemos a los adultos mayores a hacer talleres de teatro, música y demás en este lugar, y también tenemos un proyecto con el Ministerio de Educación  donde traemos alumnos y maestros. Estamos teniendo una permanente actividad con chicos que entran de todo el país, hacen el recorrido de toda la parte que es museo y terminan aquí entrando en nuestro espacio.
Está toda la galería que es museo de los …. Revolucionarios, las fotos como flotando entre nosotros, como quieren las madres. Nunca un muro, sino las fotos como sobrevolando todo lo que hacemos. Y también están las fotos de las madres y hay un aula que es muy importante y que recorren todos los visitantes que es la que nosotros llamamos la Sala Rodolfo Walsh. Que es una sala donde vos vas entrando y se va iluminando y vas viendo las fotos de los genocidas que vivieron y actuaron en este lugar y lo que hicieron. Su prontuario, digamos.  Su nombre y su historia al lado. Para decir, estos fueron los hechos de los que estos señores fueron autores. Y entonces es muy fuerte entrar porque entrás a un lugar que está oscuro y a medida que vas avanzando se ilumina y ves una foto y ves la historia de esa foto, de ese señor que está en la foto y  qué es lo que hizo en este lugar .O sea, eso es muy movilizador
Se trabaja con toda la gente a través del arte, en todos los sentidos. De los dibujos, de las narraciones. Por ejemplo hay un narrador que lee los cuentos prohibidos, que les cuenta a los chicos los cuentos prohibidos. Les contamos la historia.
Y la devolución que tenemos de los dos extremos, tanto de los adultos mayores como de los niños es alucinante, conmovedora. Los dibujos que hacen los chicos, la respuesta a las preguntas que nosotros tratamos de provocarles, para que se pueda hablar del tema desde los distintos lugares posibles. Y trabajar la memoria desde la conciencia. Tomar conciencia de lo atroz que pasó por Argentina con esta tremenda dictadura. Que no solamente fue en Argentina por cierto, fue en toda América y fue una forma de dominar a los pueblos que querían y soñaban con una justicia social y una igualdad y las libertades.
Todo eso provoca un ida y vuelta my extraordinario y todo eso está atravesado por el arte, por las exposiciones que hacemos en las paredes, las muestras fotográficas, la intervención de los artistas en forma directa, que vienen para estar con los docentes de todo el país. Como León Gieco o Liliana Herrero o Víctor Heredia. Los artistas de la música que pasaron por aquí, que son todos, o del teatro, directores de cine, los grandes escritores. Se hicieron y siguen haciendo mesas debate. Se hace cine, documental y cine debate para pensar y discutir.
Estamos con una actividad permanente, no solo de los proyectos sociales que tenemos, sino también una actividad propia del ECUNHI que tiene sus propios festivales: el festival de tango, el festival de música de provincia,  el festival María Elena Walsh para niños,  que se va a hacer por tercera vez este año y que hasta ahora ha sido impresionante. No sabes lo que es ver, cuando ha sido el festival María Elena Walsh, este camino lleno de chicos. Eso querían las madres. Ellas dicen que cada uno de esos chicos son sus hijos que vuelven a entrar y a llenar de vida este lugar.
Es muy conmovedor estar acá y es muy hermoso. También te carga de un compromiso y una responsabilidad muy grande. Y a veces ya ni pensamos.
Mará yo he viajado como artista popular, como cantora he viajado mucho por afuera haciendo mi trabajo de cantora y es impresionante cómo se sabe más afuera lo que nosotros estamos haciendo acá que en el propio país. Porque no se habla de nosotros, ni de todas las tareas que estamos haciendo, en todos los medios. Se habla en determinados medios nomás, que son los medios que apoyan este proceso y este modelo de país.
-Pero que se hable afuera también es un indicador. Te iba a preguntar sobre algo que dijiste antes. Considerando que hay pocos espacios como este que pueden ser un referente de la articulación entre política y arte. Que se hable afuera también es un indicador del trabajo y lo inaugural de esta relación en materia de derechos humanos. ¿Cierto?
Sí, es un ejemplo en el mundo y en muchísimos lugares. Inclusive a mí, como saben que yo lo dirijo, me convocan para preguntarme cómo lo hicimos, cómo lo estamos haciendo y cómo nos acompaña el gobierno, las políticas del gobierno para poder hacerlo.
¿Dirías que es un elemento clave?
Sí, es un elemento clave. Sin esa convicción y sin esa firmeza con que sostuvieron su decisión y con que lo siguen haciendo,  esto no sería posible. Y también creo que fue my acertada la idea de Néstor de entregar este espacio a los organismos [de derechos humanos]. Quiénes mejor que los organismos de derechos humanos para repensar este lugar.
Pero para repensarlo desde la memoria. Esto está lleno de vida y de gente que viene y se entera. Hay adultos mayores que venían, adultos de la misma generación de las madres, que eran parte de esa Argentina que se negaba a sí misma, que decía que esto no pasaba. Y que de golpe en un dialogo cara a cara con las madres reconocían esto y decían, no lo queríamos aceptar, no lo podíamos pensar siquiera. Casi como un pedir disculpas. Discúlpennos porque no las oímos, porque no las acompañamos. Es muy poderoso eso. Cuando se sientan cara a cara, las mismas generaciones a decir: - bueno nosotros somos la Argentina que intentaron desaparecer y que no desapareció porque quedamos las madres-. No contaban con las madres. Y de la Argentina que decía que esa otra no existía. Esto pasó acá. Sistemáticamente acá, a lo largo de estos cinco años. Eso es cambiar el futuro, ¿entendés? Eso tiene una proyección inimaginable. Porque estos abuelos vuelven a sus ámbitos y hablan de otra manera de lo que pasó aquí. Entre ellos, con otros iguales que ellos, con sus pares.
Hay gente que dice “a mí me cambió la vida desde que vine por primera vez a este lugar”  “Sentí que además tenía algo que decir y  hacer para cambiar lo que nos pasó”. Eso es muy fuerte. Es como que la gente vino acá y se sintió protagonista de ese proceso. Cuando sentís que vos también lo estás haciendo y que estás pudiendo sobreponer al horror con este amor y esta decisión y este coraje.  Que esto sea un hecho real. Que hoy tenga sus puertas abiertas a la comunidad y que tenga la repercusión en todas partes
Y es un espacio que permite vincular el arte, con la militancia, con la educación, ¿no?
Sí, exactamente. Y aún el que a lo mejor nunca militó de otra manera, transforma su mirada a partir de venir acá. Los artistas por lo general, todos tienen un historia de gran militancia, los que pasaron por aquí, todos sabían a lo que venían.
Hay un componente generacional allí que ahorra cualquier tipo de explicación…
Claro, claro…
Ahora, ¿cómo es para los artistas más jóvenes, los nuevos?
Es muy importante. Y vos no sabes cómo se sienten cuando los llamas, las cosas que dicen. Puedo darte muchos ejemplos, entre otros Ligia Piro, que es una muchacha. Su madre, Susana es una habitué de esta casa que ha acompañado desde el primer momentos y ella también. Ligia Piro, que es una joven artista que viene justamente de la generación de nuestros hijos, vino desde el primer momento, cuando nos moríamos de frio y éramos pocos, Ligia estaba acá catando. Y venia con todos sus músicos a acompañar el proceso de cambio que estábamos haciendo acá. Solo para darte un nombre joven de los muchos que hay. A veces no los puedo nombrar a todos porque son muchos, de todas las expresiones del arte, y todos han tenido esa misma actitud.
 Me acuerdo la primera vez que vino Spregelburd. Vino a dar una charla y me dijo que cuando llegó no se animaba a trasponer la puerta. Lo paró esa reja y sintió que no sabía si quería pasarla. Hasta que se dio cuenta lo que significaba y escribió una cosa muy hermosa que nosotros publicamos en nuestros primeros ECUNHI de bolsillo.
¿De qué se trata el ECUNHI de bolsillo?
Es una herramienta de comunicación que tenemos que ahora está en el Página/12 pero que antes imprimíamos en forma de librito. Se llamaba de bolsillo porque lo hacíamos para que se pueda doblar y lo puedas coleccionar. Era este ¿ven?, era así [nos muestra el librito]. Entonces acá tenías notas atemporales y toda nuestra programación.
Bueno después ya no lo pudimos sacar así, pero lo empezamos a sacar por Página/12. Sale siempre por Página/12 en internet. Aparece nuestro loguito y vos entras ahí y te enconarás con este ECUNHI [se refiere a la publicación].
Como vienen los artistas, siempre había una parte que se le dedicaba al artista que había venido. Y Spregelburd escribió una cosa maravillosa a propósito de su entrada aquel día que vino a exhibir una película.
Me acuerdo de eso porque fueron una de las primeras cosas que pasaban y entonces quedaron muy grabadas en mi mente. O Ana María Bovo,  cuando vino a contar historias. Y me acuerdo lo que ellos nos decían que sentían, y como querían ser parte de esto. Como sentían que estaban contribuyendo realmente a instalar la memoria desde otro lugar y a cuestionar el olvido también desde otros lugares.
Y te hacemos una pregunta, tal vez difícil, porque no se puede sistematizar el modo de hacer, este hacer haciendo. Pero ¿Cómo se planifica, cómo se organiza esta intencionalidad de reconstruir y de reactivar la memoria en cada una de las actividades culturales? ¿Cómo se logra dotar de esa capacidad de acción o de intervención a la herramienta artística?, sobre todo teniendo en cuenta la diversidad generacional que hay ¿Cómo logran revivir, reactivar la memoria en las distintas áreas?, ¿cómo lo planifican como equipo de conducción?
Yo pensé este espacio como un trabajo fundacional para entregarles a las madres. Para pesar entre todos cómo podíamos producir hechos artísticos que promovieran esto: que repensáramos todo lo que nos había pasado, pero también que proyectáramos esto hacia un nunca más contundente, que tenga peso y solidez. Como un espacio que pueda dar grandes reflexiones desde lo artístico.
Y hablé con mucha gente joven. Algunos que recibieron esa historia y algunos que nacieron en la época de la dictadura. Claro que esto es algo que paso hace mucho tiempo que ha atravesado la historia argentina y la ha dividido categóricamente. Ha dividido las aguas esta historia. Así que es muy fuerte.
Estos jóvenes, trabajaron la idea que nosotros íbamos a proponer desde lo artístico. Es decir “ahora vengan todos y vamos a hablar de esto”. Pero si vos sólo vas a exponer cosas que tengan que ver con la época de la dictadura y vas a cantar sólo canciones que tengan que ver con eso, lo acotás enormemente. Esto es todo lo contrario. Es abrir las puertas, que venga la música, la poesía, la lectura, la fotografías, el cine, la danza, el teatro. Que las voces rompan, que los sonidos rompan, que sepamos dónde estamos, que empecemos a pensarnos aquí adentro. Que pensemos ¿qué le vamos a comunicar al otro para que venga? O cuando salgan, ¿qué se van a llevar de aquí?.
La primera consigna era generar vida, vida a través del arte, conciencia y vida. Conciencia del lugar donde estamos, de qué es lo que estamos haciendo en este lugar y de con qué herramientas lo estamos haciendo. Y a partir de ahí  el color, el sonido, las formas los encontrábamos casi entre todos. Aún los artistas se replanteaban lo que venían a hacer. Eso es poderosísimo. ¿Entendés lo que pasaba?: Nada estaba escrito, ni había un molde anterior. Había que hacerlo y lo estábamos y lo estamos haciendo juntos.
Y entonces uno proponía una cosa y otro otra, y ¿qué te parece si tal cosa?… Y llamábamos a la gente y nos encontrábamos con sí, sí, sí. Todo el mundo diciendo sí. Sí quiero estar, sí quiero hacer y sí, dale. Por ejemplo esto (muestra el ECUNHI de bolsillo) lo diseñó un chico y me dijo no quiero nada a cambio, ¿qué hay que hacer?  
Eso es parte de lo revolucionario que es todo esto. Esta conciencia colectiva que íbamos formando cada vez con más fuerza, a medida que iba transcurriendo también este tiempo de cambio en Argentina. Que se iban poniendo sobre la mesa y sobre sí misma todos los debates pendientes. Y en la mesas de las casa y  en las escuelas. Una Argentina que esta re pensándose a sí misma, discutiendo, con todas estas políticas. Y sobre todo el amplio espectro de los derechos humanos, desde la cuestión de la discriminación hasta el derecho de todos de tener una igualdad educativa, de trabajo, de posibilidades.
Es mucho más. Es el triunfo de un modo de pesar. De un sueño del que fueron parte los 30000 desaparecido, y cuyas madres sostuvieron vivo en ellas,  en nosotros mismos y en todo este país, aun después de 30 años. Es mucha historia condensada y es mucha vida puesta al servicio de ese sueño.
Yo, por ejemplo, creo que soy privilegiada. ¿Sabés por qué?: Porque yo soy de la generación que soñó esto, con tantos compañeros que no tengo ahora. Y yo siento que hice esto, con todos ellos, además de con las madres y con los otros, los 30000. Y lo puedo ver. Yo viví el horror y ahora vivo esto. ¿Entendés por qué digo que soy  privilegiada? No hay palabras. No tengo palabras porque todavía lo sigo procesando todo los días. Cómo es posible que esté acá. Y tantas veces cuando vengo en un taxi escucho al taxista decir uy nunca me imaginé que iba a entrar acá
Día a día, ¿no?
Sí, todos los días un cabio. Y todavía estamos en proceso de transformación, porque esto está cambiando mucho, porque la idea es abrirlo más y más cada vez al alcance de todos, de la comunidad. Que esté todo lleno de flores y de gente y esté ahí el Casino [de oficiales], y esté ahí Capucha y Capuchita [señala hacia dónde están los edificios]. Pero estamos todos adentro de esto para que esto no se olvide y para que no pase más. Somos nosotros los dueños. Néstor y Cristina nos entregaron a nosotros la transformación de esto, que es la transformación de nosotros mismos.  Del espíritu de nuestro país. De ese mecanismo de defensa de seguir vivos y de ir en busca de la concreción de este  sueño. Eso es lo que te digo que vivimos acá.
Bueno, felicitaciones por este proceso y creemos que la conducción ha sido un gran acierto y que está a la vista ese proceso que ha sido muy productivo y que sigue muy activo, provocando un gran impacto y una transformación muy esperada. 
[Agradece y  ofrece las devoluciones de los niños que asisten a los talleres]
¿Cómo son esas devoluciones?
Nos escriben cosas, porque después de haber venido, van y trabajan en las escuelas.  Y nos mandan. Porque es muy fuerte, no se van igual.
¿Es un pedido que hacen o es voluntario?
El Ministerio de Educación ofrece este programa y no damos abasto de todas las escuelas del país. El programa se llama el ECUNHI hace escuela. Y comenzó en el marco del bicentenario y ya lleva unos cuantos años. Por ejemplo nosotros hacemos el festival de teatro infantil, el festival de música María Elena Walsh y hacemos la capacitación docente, para que los docentes puedan hablar de memoria y derechos humanos. Y llevamos el ECUNHI, salimos con el ECUNHI, vamos a las ferias, llevamos todo lo que trabajamos aquí a través del arte.
Y los docentes son muy jóvenes y saben que pasó. [Porque] ahora se habla mucho más en las escuelas, pero es evidente que durante muchos años no se habló de nada mija.  Se ignoró el 24  de marzo del 76, como una fecha clave en la argentina, que hay que habar de eso. Ahora en estos años se trata este tema, entonces es muy impresionante lo que los maestros viven. Y esa devolución. Nos escriben mails o nos mandan lo que los chicos hacen y dibujan. Por ejemplo entre otras cosas, lo chicos se dibujan a sí mismos uno frente al otro. (Muestra una postal con el dibujo) Vos viste como están los rostros de los desaparecidos, ¿no?  Bueno, estos son los chicos que se dibujan a sí mismos. O sea, vos sos el otro. Vos pudiste haber sido, vos no podes dejar que otro sea, no podes dejar que esto vuelva a pasar… ¿Entendés?, es muy fuerte.
Nosotros por ejemplo, tomamos los dibujitos que ellos hicieron e hicimos esta postal, que es uno de nuestros emblemas, de lo educativo. Y el narrador les lee los cuentos prohibidos, y los chicos preguntan: ¿por qué estaban prohibidos? Y luego van a las casas o a las maestras y les dicen “los otros venían con los cañones y ellas iban solas, solas con los pañuelos”. Y así fue la historia. Ellas fueron solas con los pañuelos. Y así te lo dicen los niños, ellos lo entienden y lo comunican. Y eso no se olvida más, entra desde otro lugar  y conmueve desde un lugar muy especial, muy distinto, muy entrañable.
Y muy perdurable, ¿no? con gran proyección…
Claro,  claro.
Es una muestra de una de las formas más efectivas para trabajar memoria y derechos humanos…
Exacto, todos juntos haciendo una policía de derechos humanos y de educación  atravesada la cultura. Y al revés. La política atravesada por la cultura y la cultura atravesada por la política, expresada en el arte.
Acá se juntan un montón de cosas muy fuertes y que provocan verdaderamente un cambio y te aseguro que la gente que viene acá y hace una jornada nuestra no sale igual. Si vienen acá, no van a salir igual. Porque van a ver lo que pasa con los protagonistas de cada momento de lo que sucede aquí, entre todos, trabajando todos. Estamos haciendo, como dijo Hebe. Hacer haciendo.
Agradecimiento y cierre


Cuestiones interesantes que surgieron luego de que la entrevista terminara formalmente:
(Una vez terminada la entrevista ofrece los dibujos de los niños dice que hay un libro que va a sacar el ministerio, videos, fotos de las madres. Agradece. Muestra unas revistas coleccionables que hace el ECUNHI con apoyo del Ministerio del Educación. Muestra el primer número de la revista que habla de la maternidad  y dice:
“Las mujeres somos expertas en parir y esto es una muestra más. Esto [el ECUNHI] es algo que han parido las madres. Ellas abren para dar vida. Entonces si vos te querés achicar te da vergüenza. No te podes achicar.”
Luego dice:
“A los artistas populares que apoyamos al gobierno es una ataque constante. Parece que fuéramos el enemigo. Es horrible. Yo toda  la vida dije lo que no me gustaba y creo que si me gusta también. Hay que ser honesto y salir a decir lo que apoyás y creés con la misma intención. Ahora, después es fácil ser oposición, lo más difícil es decir: - yo quiero ser parte de este camino y ayudar a hacerlo y a proyectarlo y a que se sostenga y no desaparezca, que no lo volteen-.
Pero es la capacidad también de reconocer la oportunidad, que no todo el mundo es capaz de ver.

Sí es verdad. Me parece que el tema chiquito de “el líder quiero ser yo”, el egoísmo espantoso, me parece que no les deja ver a de donde está la oportunidad y se equivocan de vereda. Y ahí ves lo que está haciendo la oposición. Juntándose de la forma más increíble. El agua y el aceite. Y nadie se anima a decir lo que va a hacer. Porque si están en contra de esto quiere decir que van a hacer todo lo contrario y si van a hacer lo contrario vamos a volver para atrás.  

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